Muchos meses han pasado y el proceso político alrededor de esa crisis en Venezuela ha evolucionado, dentro y fuera de sus fronteras.
La Carta Democrática, aprobada por unanimidad en Lima en 2001, es un instrumento jurídico de la OEA para garantizar la democracia en sus Estados miembros y solo se aplicó hasta su última consecuencia, la suspensión, tras el golpe de Estado en Honduras de 2009. Queda ahora en manos de los 34 miembros de la organización decidir si en Venezuela existe realmente una alteración del orden democrático y si es suficientemente grave como para activar la Carta Democrática.